Solapas principales

Conxunto parroquial de San Lourenzo

A Igrexa. Parroquia de Agrón

La actual iglesia está datada entre finales del siglo XVII y principios del XVIII y presenta un claro estilo barroco en el que destaca la portada. Presenta planta rectangular, con tres alturas, donde destaca el presbiterio. La fachada se organiza a través de la puerta, con lintel y moldura en las piezas de la misma. Se cierra con frontón quebrado que conforma un templete que alberga la imagen pétrea del patrón. En el interior la nave principal está cubierta con una bóveda de cañón, y la capilla mayor con bóveda de arista apoyada sobre los muros y contrafuertes. Un arco de medio punto separa el altar mayor de la nave. Cabe destacar las escaleras de una piedra que dan acceso al coro, donde sobresale la decoración geométrica tajada en una piedra del techo. El retablo mayor consta de dos cuerpos, divididos cada uno en tres calles; por la manera en que está organizado, así como por los tipos de soportes, policromía dorada y la decoración empleada, puede datarse a finales del siglo XVIII. Respeto de la tipología se relaciona con la iglesia vecina de Trasmonte, de la que Agrón era anexa.

Otros datos:

El recinto exterior del templo está cerrado, por tres de sus lados, por un muro bajo, donde se sitúa un viacrucis del siglo XIX. De las catorce cruces originales, colocadas en 1883, sólo se conservan en pie cinco. De las otras se conservan varios restos y pedestales, muchas de ellas reformadas con hormigón armado. En el centro del atrio encontramos un crucero datado en 1906. La cruz está apoyada en un capitel muy trabajado, con motivos vegetales y querubines. El anverso acoge la imagen de un Cristo crucificado bastante completa; en el reverso una virgen orante apoyada en una pequeña peana decorada con cabeza de querubín. Existe otro crucero instalado sobre un muro que hay en la entrada del atrio pero según los vecinos su situación original era el camino. A pesar del mal estado, causado por la erosión y el liquen, se puede apreciar una imagen de un Cristo crucificado. Su factura hace pensar que es antiguo. Según cuenta una leyenda vecinal, el brazo izquierdo se lo partió un vecino de Viceso, y pocos días después, quizás como castigo, este perdió ese mismo brazo pescando con pólvora en el río Tambre.